Un espejo todo lo puede. Tres espejos en el arte contemporáneo;

Giuseppe Penone, Robert Smithson y Anish Kapoor.


Giovanna Enríquez

Para Giuseppe Penone, Anish Kapoor y Robert Smithson, las posibilidades del espacio son la matriz de sus obras. Desde el inicio del tiempo, el espejo ha sido un lugar de experimentación para el arte, la filosofía, la ciencia, la literatura y demás prácticas, las cuales encuentran en el espejo un sitio desde donde generar pensamiento. Los experimentos alrededor del reflejo de estas superficies no sólo se desenvuelven a partir de la metáfora, sino desde la evidencia. Estos tres artistas no solamente logran hacer declaraciones estéticas con su obra, también provocan una reflexión política y exigen del público una mirada activa. En las siguientes líneas, revisaremos tres obras de tres artistas conceptuales que encontraron en el espejo un territorio de reflexión y propusieron diversos acercamientos a la materia y al concepto.

I

En los años setenta en Italia, en el marco del movimiento Povera, el artista conceptual Giuseppe Penone se hizo de unos lentes de contacto con acabado de espejo, los cuales, al usarse, en vez de posibilitar la vista del artista, la bloqueaban por su acabado metálico y duro, interrumpiendo el contacto visual de Penone con su entorno. Lo más interesante tomaba lugar al momento que los espectadores se veían reflejados, literalmente, en la mirada del artista.

La pieza Rovesciare i propri occhi (Arruinarse los propios ojos) puso de manifiesto las obsesiones estéticas y filosóficas que Penone continuaría trabajando a lo largo de su carrera. Al “invertir” sus propios ojos, el artista se mostraba “ciego” ante el mundo, y aquello que le correspondería ver se reflejaba para quien quisiera observarlo en ojos ajenos. Es entonces que somos invitados por el artista a pensar cómo la visión, que no la vista, se amplía en un campo que se expande conceptual, metafórica y filosóficamente. Para Penone, su cuerpo es la medida de sus obras, es desde su propia corporalidad que piensa las posibilidades de los espacios.

Mi trabajo está basado en elementos simples, y es, sobre todo, una práctica escultórica. Mi trabajo no es un trabajo de representación: es un trabajo relacionado a los materiales. Comienzo enfocándome en el tacto y la vista de un modo elemental, partiendo de la idea de que, al tocar algo, dejamos una imagen -no una imagen en el sentido cultural, sino una imagen casi animal. Esta es una imagen que cualquiera puede dejar; es la elaboración de esta imagen la que dota de significado a la imagen, convirtiéndola por lo tanto en una obra de arte. Por sí sola, esta imagen inicial le pertenece a todos, no al artista 1.

La imagen “faltante” nos convoca a todos en tanto que somos seres humanos y racionales a revisar constantemente nuestra memoria en pos de encontrar una evidencia visual que le de sentido a los lenguajes; si Penone se parara delante nuestro con esos lentes de contacto con terminación de espejo, quien estuviera allí se vería reflejado y dejaría a su imaginación y memoria completar el espacio reflejado con las imágenes de archivo en su cabeza, pero siempre habrá una imagen que falte.

Giuseppe Penone, Rovesciare i propri occhi (Reversing One’s Eyes), 1970

II

De igual manera, a principios de los años setenta en Estados Unidos, Robert Smithson empezaba a trabajar con el espejo como elemento central en su obra con la intención de utilizarlo de manera narrativa y formal, principalmente en sus piezas de Land Art.

En sus famosos escritos, se refiere directamente al espejo como una oportunidad de conceptualizar el espacio: “Para mí el espejo es al mismo tiempo el espejo físico y el reflejo que devuelve. Es un concepto y una abstracción… una dislocación de propiedad.” 2 Esta afirmación refuerza la idea del espacio como transformación, idea que siempre estuvo presente en Smithson y en el impulso teórico del Land art. Para él, las condiciones de las piezas las daba el lugar donde se gestaba la obra, principalmente las esculturas, de manera que el tiempo les diera la cualidad de lugar, de memoria y ruina.

Durante su visita a Yucatán en 1969, el artista norteamericano buscó un lugar terroso donde pudiera colocar doce espejos para que estos reflejasen el cielo y la luz real se manifestara en la superficie del espejo. “Para mí la pintura es materia y es un recubrimiento, antes que luz. Estaba interesado en captar la luz real en cada punto, trayéndola al suelo” 3. De esta manera, con sus Desplazamientos de espejos consiguió trabajar con la luz de diferentes partes del mundo. Particularmente, el sur de Estados Unidos fue testigo de esos no-lugares que funcionaban como espejos, mientras que los lugares eran entendidos como los reflejos, producto de los primeros. La reflexión a partir del espejo de Smithson parte de la incertidumbre sobre lo que existe. Parecería que el intersticio donde coincide la realidad del espejo y la realidad de la materia es lo que motiva su práctica artística.

Los espejos son superficies desconectadas. La presión del material en bruto contra la superficie del espejo es lo que proporciona su estabilidad. Las superficies no se conectan igual que cuando están en los no-lugares. 4

Robert Smithson, “Desplazamientos de espejos”, Yucatán, 1969

Es a partir de esta reflexión del propio artista, que es posible acercarnos a estas esculturas desde el lugar de quien habita intelectualmente los espacios que ve los territorios como oportunidad de reflexión. La escultura, entendida desde ahí, constituye simbólicamente la historia de la humanidad.

III

Durante la primer década del siglo XXI, el artista británico Anish Kapoor llevó a distintos países Sky mirror (Espejo del cielo), un espejo circular cóncavo de acero inoxidable con un peso de 10 toneladas, el cual, dispuesto hacia arriba, reflejaba el cielo. Esta obra fue explícitamente creada para el espacio público, para la persona de a pie. El juego es la clave aquí. Las contradicciones del espacio se ponen en evidencia con este enorme espejo que confunde a quien pasa a su lado y, aunque sea por un instante, piensa que el cielo se contuvo en ese círculo perfecto. Con esta pieza, la tesis e interés primordial de Kapoor toman fuerza: “Las mejores esculturas están alrededor».

Para un artista que trabaja con la materia plástica más accesible, conocida y popular como lo es el concreto, la fibra de vidrio, el acero inoxidable y la piedra, sería evidente que las características físicas de estos materiales tuvieran una reflexión teórica previa. Con base en lo cual conviene reparar en la parte convexa del espejo. Esta, al permitir que el público se reflejase en la obra, nos muestra una ampliación del campo visual que nos sugiere una vista monumental e imponente del paisaje; lugar que irremediablemente se convierte en un espacio donde seis metros pueden parecer suficientes para contenerlo casi todo. Esta postura resulta en una propuesta para la insurrección de la vista. El espejo de Kapoor como escultura “reflejante” habilita seis característica intrínsecas de los espacios escultóricos: la corporalidad, el espacio, la conmemoración, la evanescencia, la memoria y la ruina.

Una vez más, el interés de este artista se centra en proponer una mirada activa en el espectador, de manera que siempre quede la duda en aquél que mira sobre lo que está delante de sus ojos, ya sea reflejándose literalmente en la mirada del creador o simplemente deteniéndose frente a un cielo imposible de seis metros insertado en el paisaje urbano. “Creaciones de etimologías”, así es como nombra Anish Kapoor a sus piezas, e igualmente las considera “no-objetos” o “no-materiales”. En el intersticio de la espiritualidad y el análisis conceptual es donde se mueve el discurso del artista británico.

Estoy muy interesado en el "no-objeto" o el "no-material". He creado objetos en los cuales las cosas no son lo que a primera vista parecen. Una piedra puede perder su peso o un objeto espejo puede camuflarse en su alrededor hasta parecer un hoyo en el espacio. 5

Sky Mirror de Anish Kapoor en Kensington Gardens, Londres, en 2010

En su libro Estética relacional, Nicolás Bourriaud propone revisar las imágenes en tanto que son tiempo. La temporalidad de la imagen pone en evidencia las cualidades de su estructura física, conceptual, política, filosófica y estética. Ante esto, Bourriaud dice:

Una representación no es más que un momento M de lo real; toda imagen es un momento, de la misma manera que cualquier punto en el espacio es el recuerdo de un tiempo x, como reflejo de un espacio y. ¿Esta temporalidad está paralizada o es, por el contrario, productora de potencialidades? ¿Qué es una imagen que no contiene ningún porvenir, ninguna "posibilidad de vida", si no una imagen muerta? 6

La temporalidad desarrollada por estos artistas invita a una lectura de los espejos como imágenes de tiempo, donde las posibilidades eternas de los reflejos se convierten en medida del mundo. Para Bourriaud, la muerte del monumento clásico está latente, mientras que la obra contemporánea se encarga de trabajar las preocupaciones actuales mediante otros conceptos como lo eterno o lo temporal.

El arte actual no tiene nada que envidiar al "monumento" clásico en lo que respecta al efecto a largo plazo. La obra contemporánea es más que nunca esa "demostración, para todos los hombres que vendrán, de la posibilidad de crear la significación estando al borde del abismo", según Cornelius Castoriadis: una resolución formal, que llega hasta la eternidad, precisamente porque es eterna y temporaria. 7

Para estos tres artistas, en los sesenta y en el presente, el intersticio donde coincide la realidad del espejo y la realidad de la materia es lo que vale la pena evidenciar.

Las tres piezas confirman algunas tesis esenciales de la escultura entendida como propuesta en un campo expandido: a) el concepto de tiempo en tanto que la escultura habla de un tiempo narrativo; b) la tensión como elemento central de la escultura en relación con su base o con la falta de la misma; c) la importancia de la relación de la escultura con su exterior físico y contexto, y, por último d) el trabajo de los materiales como propuestas estéticas y no como medios físicos. Estos cuatro planteamientos nos invitan a reparar en la escultura como la relación de las formas consigo mismas.

Las posibilidades del arte en el campo expandido son inagotables; toda superficie física puede sostener argumentos teóricos, propuestas estéticas o problemas conceptuales, y es a partir de esta cualidad que el arte encuentra otras maneras de aprehender el mundo. Artistas como Smithson, Penone y Kapoor nos ponen enfrente esta relación de posturas filosóficas, éticas, artísticaxs, estéticas y políticas para cuestionarnos qué entendemos nosotros como habitantes del siglo XXI en un momento cismático para los territorios del arte.

El desplazamiento del espacio a través del espejo es una preocupación constante para el arte contemporáneo, una obsesión manifiesta en quienes creemos que ningún lugar existe únicamente, ya que siempre puede reflejarse.

Ilustración: Sol Rodríguez

Acerca de la autora

Giovanna Enríquez es artista visual con práctica literaria y fotográfica, e historiadora de arte. Trabaja con texto, fotografía, audiovisual e imagen autoral y apropiada. Es egresada del Diplomado en Creación Literaria de la Escuela de escritores de la SOGEM y del Diplomado en Fotografía en la Academia de Artes. Estudia la licenciatura en Historia del arte en el Centro de Cultura Casa Lamm. Ha publicado cuentos, poemas, fotografías, crónicas y notas de periodismo cultural en medios electrónicos e impresos. Ha participado en intercambios fotográficos y culturales con la School of Visual Arts de Nueva York y la Neue Schüle fur fotografie de Berlín. Administra la web www.giovannaen.com (en recuperación) en la cual publica proyectos de imagen y texto, y el behance: www.behance.net/giovannaenriquez donde alberga su proyecto más reciente.

Referencias:

1 “Giuseppe Penone: Rovesciare i propri occhi”, en We find wildness, https://www.we-find-wildness.com/2012/10/giuseppe-penone-rovesciare-i-propri-occhi/ (Consultado el noviembre 28, 2019) Trad. de la autora.

2 Smithson, Robert, Selección de escritos (Ciudad de México: Alias editorial, 2014).

3 Íbidem

4 Íbidem

5 Anish Kapoor, Sky mirror en Public Art Fund, (Consultado el noviembre 29, 2019) Trad. de la autora.

6 Nicolás Bourriaud, Estética relacional (Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora, 2008).

7 Íbidem