La relación metafórica del cuerpo humano en los zazaniles del Libro VI del Códice Florentino

Brenda Yamile Vega Mora

¿Tan sólo qué es aquello, a la colina sigue

[y] va haciendo tortillas en la espalda?

La mariposa

¿Qué relación existe entre el cuerpo humano y la adivinanza? Una clave la encontramos en los zazaniles: originarios de la cultura nahua, se trata de breves creaciones ingeniosas que retan la capacidad de desciframiento de un objeto, un animal, o las partes de nuestro cuerpo, mediante pistas que son reconocibles a los ojos de la comunidad. Los zazaniles que han llegado hasta nuestros días fueron rescatados en el siglo XVI por Fray Bernardino de Sahagún, en el Códice Florentino, libro VI, capítulo XLII. Recopiló alrededor de 46 zazaniles y estableció su equivalencia con la adivinanza.

A continuación, analizaré los zazaniles a partir de una metodología que construí con base en algunos estudios que se han hecho de ellos y la teoría de la metáfora, con esto pretendo explora un poco los juegos metafóricos que hacen para construir las imágenes poéticas correspondientes al tema del cuerpo humano, será en estos zazaniles en los que centraré mi atención.

Bautista propone que la metáfora es una relación analógica cuya base es la semejanza semántica: “Los semas justifican la creación metafórica y su interpretación por la coincidencia entre uno o más semas comunes existentes entre el término metafórico y el término sustituido”. Por su parte, Cerrillo y Luján. definen la metáfora como “una identificación del término real (al que llamaremos A) y el término imaginado (al que llamaremos B)”. De la primera definición retomo el concepto de sema; de la segunda, la relación entre los términos.

Por otro lado, la adivinanza, desde la perspectiva de Cerrillo y Miaja, se trata de un juego mental en el cual se presentan de manera ingeniosa pistas que ayudan a descifrar un enigma. Como mencioné en un principio, los zazaniles y las adivinanzas fueron considerados equivalentes por Fray Bernardino de Sahagún, sin embargo, los zazaniles tienen ciertas particularidades. Por un lado, los temas a los que recurren provienen del entorno cotidiano; además, la codificación de los zazaniles se hace a partir de la construcción de imágenes en las que se asocia la experiencia sensorial y el objeto a adivinar. Cerrillo y Miaja, respecto al desciframiento, consideran que la descodificación de los zazaniles es posible gracias a la mención de sus características, tales como forma, contenido, color, material, uso, costumbre, espacio; incluso, a través de juegos de palabras.

Así mismo, distinguen tres funciones de los zazaniles. La primera es la lógica: la reconstrucción de la imagen deseada implica un juego mental que requiere “la capacidad auditiva y la reconstrucción visual del objeto”, a fin de que la imaginación pueda desentrañar el misterio. La segunda es la didáctica: en los zazaniles se transmite una determinada cosmovisión de lo que los rodea y de sí mismos, además de los valores que comparte la comunidad de hablantes. La tercera función es la lúdica.

Mercenario aporta información importante respecto a su estructura, según la autora, los zazaniles tiene en su mayoría sintagmas formulaicos, los cuales son repetidos sin variaciones; por otra parte, los sintagmas variables son la relación metafórica y lo que se va a adivinar, en estos últimos centraré mi atención. El carácter formulaico de los zazaniles, como señala Ong, es una característica sobresaliente de las culturales orales, así como la originalidad y la identificación comunitaria; me refiero a que los zazaniles pueden ser descifrados, en la mayoría de los casos, sólo por la comunidad de hablantes porque están inspirados en las experiencias situacionales que comparte la comunidad; esto se entenderá mejor en el análisis.

Mercenario analiza los ejes axiológicos; tales dan respuesta a cómo es, qué hace, dónde o cómo está, qué tiene, qué se hace con él, qué podría decir, cuántos son y qué podría decirse de él. Reitera también que la construcción de los zazaniles se basa en la experiencia corporal con los objetos o animales a adivinar.

Construcción de las metáforas del cuerpo humano

A la luz de esas consideraciones teóricas y sobre la base de conocimientos básicos de la cultura prehispánica nahua, daré cuenta de cómo el cuerpo humano aparece cifrado en los zazaniles. Para este análisis, extraigo del corpus sólo los sintagmas variables y me apoyo en algunas imágenes de los términos de semejanza para ilustrar mejor la relación metafórica. Identifico el término real (T. A) y el imaginado (T. B); analizo la semejanza entre ellos para descifrar la metáfora. Me oriento gracias a dos preguntas: ¿a qué da respuesta la metáfora? (cómo es, qué hace, dónde o cómo está, qué tiene, qué se hace con él y cuántos son) y ¿a partir de qué fue posible su desciframiento? (su forma, contenido, color, material, uso, espacio, etc.). Para responder, es ineludible ubicar el contexto espacial o temporal del término imaginado. Finalmente, reconstruyo el término real e identifico qué aporta el término imaginado a la imagen poética.

Primer zazanil: “[...] con pedernales muele, un cuero allá se tiende, con carne cerrada. Nuestra boca.”

Es un zazanil complejo: entraña tres relaciones metafóricas para referirse a una parte del cuerpo. Establece una relación entre los dientes y los pedernales: ambos son duros y resistentes como la piedra, de color blanquecino; incluso, la figura de punta de flecha que tallaban en el pedernal semeja la figura de un diente; muelen el alimento, tal verbo remite al movimiento de los dientes, por lo que no se trata de una imagen estática. La delgada lengua aparece cifrada en el cuero que allá se tiende: está extendida en la boca. Y la carne cerrada denota el color, la textura y evidentemente la materia de la que están hechos los labios. Otro indicio: está cerrada, sugiere que hay una abertura con la capacidad de abrir o cerrar.

Al engarzar las tres metáforas se nos descubre la imagen de la boca: tiene dientes, lengua, labios. Pero esta imagen elude la imaginación de quien no utiliza el pedernal para fabricar herramientas destinadas, sobre todo, a la caza; esa actividad guarda inmediata relación con la referencia al cuero y a la carne, que en la vida cotidiana se aprovechan para el sustento de los nahuas. En conjunto, el contexto de este zazanil es la naturaleza.

Segundo zazanil: “[...] rostro carnoso blando, nuca de sonaja de barro. Nuestro dedo”

En este zazanil se encuentran dos relaciones metafóricas. La primera es extraída del contexto musical, se trata del mango de la sonaja, el cual es llamado nuca: se emplea una parte del cuerpo humano para nombrar un trozo de la sonaja y esto a su vez para designar otro fragmento del cuerpo, el dedo. En la segunda metáfora el término imaginado es rostro; los adjetivos nos exponen qué semejanzas hay entre el rostro y el dedo: textura blanda y carnosa, también podrían ser similares por la redondez en la parte superior. Ambas metáforas juegan con las dimensiones del cuerpo humano, ya que se compara una parte del dedo que es pequeña, con el rostro que es más grande. La imagen que genera esta comparación se apega más al sentido visual.

El cuerpo humano como metáfora para codificar otros objetos y animales

La metodología se seguirá aplicando igual, sólo que en vez de centrar la atención en el objeto o animal se seguirá analizando al cuerpo humano.

Tercer zazanil: “[...]en un bosque negro se va a atrapar, sobre blancas losas viene a morir? (es) el piojo: sobre nuestra cabeza lo vamos a atrapar, sobre nuestras uñas lo venimos a colocar: allí lo vamos a matar.”

En este zazanil existen dos metáforas. La primera es la del cabello; podemos interpretar que se refiere a un conjunto porque menciona un bosque, los cabellos serían los árboles que tienen como característica ser alargados y cuando son muchos crean una atmósfera oscura. La imagen poética me sugiere la búsqueda del piojo como si éste estuviera escondido. Además, hay dos adjetivos en oposición que crean una especie de claroscuro: los cabellos negros como protección del piojo y las uñas blancas como amenaza. La imagen se apega más a la experiencia situacional por la acción, ya que no se puede descodificar la metáfora si no se ha tenido contacto con esa situación; también alude al sentido del tacto, porque el verbo atrapar involucra el contacto de las uñas como vehículo de la búsqueda.

La siguiente metáfora es la de las losas. La única información que nos proporcionan es el color, pero podemos interpretar más por las características de las losas, se trata de piedras lisas, duras, delgadas y alargadas que servían para transportar materiales. El contexto del que se extrae este elemento al ser laboral sugiere una imagen situacional porque para descifrar la metáfora se tiene que conocer esa situación, ya sea por haber hecho ese trabajo o al menos haber visto para qué y cómo se utilizan las losas.

Cuarto zazanil: “[...]en su baile lo preñaron, lo embarazaron? Pues es el malacate”

La relación metafórica responde a circunstancias de un momento específico. En el primer caso se trata del malacate, una herramienta utilizada en el contexto laboral; se hace referencia a él justo cuando tiene envuelto el hilo; en el segundo caso se refiere al embarazo. Lo que tienen en común ambas situaciones es que a simple vista hay una elevación en la parte central: existe una relación entre el hilo y el bebé. La imagen que genera está enfocada sobre todo en el movimiento porque para utilizar esta herramienta se necesita girar el malacate continuamente.

Los zazaniles relacionados con el cuerpo humano que han llegado hasta nuestros días son alrededor de diez, si bien en el presente ensayo no expuse todos los que analicé, tomé en cuenta los más significativos. Tras el análisis pude notar cómo se concibe el cuerpo humano y lo que los rodea: hay una tendencia a la segmentación y al juego con las dimensiones de cada parte; esto explica porque en un solo zazanil podemos encontrar más de una metáfora.

Por otro lado, siempre está presente la experiencia sensorial y situacional en el mundo que ellos conocen; estas evocaciones a los sentidos -sobre todo, tacto y vista- están llenas de movimiento; lo anterior es muy claro al revisar el contexto de los términos con los que comparan el cuerpo humano. Se puede interpretar que están conectados e incluso integrados a la naturaleza, también su cotidianidad es fundamental: lo vemos en las herramientas de trabajo y en una parte esencial de la cultura nahua, la música. Finalmente, la comparación que hacen entre el cuerpo humano y otros elementos desautomatiza y crea un efecto estético, sin duda los zazaniles no sólo transmiten una adivinancita, sino parte de la cosmovisión nahua.